Todos hemos soñado alguna vez con ese lugar. Sí, con ese en el que puedas ir, perderte y no regresar. Saber que no vas a necesitar nada más allá que respirar y sentirte libre. Las vacaciones, ese momento en el que elegimos ese lugar y muchas veces cuesta encontrarlo. Lo bueno es caro y por ello no se disfrutan como quisiéramos.
Las playas de Hawaii, ¿quién no se ha preguntado alguna vez cómo sería caminar sin ir a ningún lugar? Es necesario encontrarse a sí mismo, perdiéndose. Y tal vez lo consigues cuando un rayo de sol se permite atravesar tu piel como una navaja, como mil. Y ello te permite encontrar respuestas a todas tus preguntas. Por ello cada lugar tiene una esencia, un sabor, un sentimiento. Y hay que saber encontrarlo.
Métete en el agua, disfruta; porque esto no es para siempre y lo peor es que lo sabes. Ya lo has encontrado, lo que has estado buscando tanto tiempo, y lo tienes ahí, bajo tus pies, clamando al cielo y pidiendo ayuda. Y esto es una playa de Hawaii.
Posdata: no te ahogues.
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